Yá echábemos de menos l’artículu mensual que l’analista deportivu d’esta casa (y d’otres munches), Antonio García Oliva, ufre a los munchos siguidores d’esti blogue. El tema ye caliente. A ver si vos presta.
Unas flores para Preciado
Por Antonio García Oliva
Una de mis caminatas diarias me llevó, por casualidad, cerca del estadio del Molinón y pude ver así la estatua que los aficionados del Sporting le han levantado al que fue su entrenador durante 4 años, incluido el consiguiente ascenso a la Primera División, Manolo Preciado. El lugar bullía de gente de diversa edad y pelaje. Había jóvenes aficionados que se sacaban fotos con sus móviles abrazando a la estatua del técnico, con la mano puesta sobre su hombro. Había parejas de mediana edad que le habían traído flores, solitarios veteranos que le colgaban bufandas rojiblancas a su cuello de bronce y algún que otro turista que preguntaba qué era todo aquel berenjenal, para él inexplicable. ¿Se puede convertir el monumento en lugar de peregrinaje para los aficionados del Sporting? ¿Es excesivo tanto boato?
No tengo yo las respuestas porque no poseo los suficientes elementos de juicio. Pero ya se sabe que el futbol es una especie de sustitutivo de la religión y que cualquiera que caiga bien a la gente del pueblo, puede convertirse en mártir o en santo, además si como en este caso se muere joven.
Un monumento de estas características, aunque no sea muy grande, no es precisamente barato y fue cubierto con los donativos de los aficionados en pocas semanas, demostrando que la gente es muy agradecida con los suyos y que sabe muy bien lo que quiere. Un caso muy parecido ocurrió hace unos meses con el fallecimiento del párroco de la Calzada, José María Bardales, personaje muy querido no solo en su parroquia sino en todo el barrio, donde hizo una labor inmensa, pastoral, social y cultural, que culminó la gente con un busto a la puerta de su Iglesia de la Milagrosa, igualmente por sufragio popular y en muy poco tiempo, adelantándose a los tímidos intentos de los políticos locales, más pendientes de sus cosas que de los dolores de los ciudadanos.
Para poder realizar un monumento de este tipo recuerdo los pasos mínimos necesarios: Discusión en el Partido, propuesta al pleno municipal, decisión del mismo, aprobación si hay mayoría, cálculo de presupuesto, búsqueda del técnico y del artista que lo plasme, sacarlo a concurso publico y finalmente realizarlo… cuando haya fondos. O sea que, algunas veces, y a pesar del interés se queda en proyecto y si sale es, con suerte, después de años. Por eso la gente que cada vez se fía menos de sus representantes democráticamente elegidos, toma un atajo y si se tiene verdadero interés, como en los casos de Manolo y José María, se ejecuta rapidamente. En Gijón hay bastantes monumentos, bustos, calles, plazas y museos, en honor de sus ciudadanos mas destacados: políticos como Jovellanos, pintores como Evaristo Valle o escritores como Rosario de Acuña o la popular Corín Tellado, tienen sus calles o monumentos, pero no son todos los que los vecinos quisieran. Los casos que comentamos hoy son un ejemplo de lo que digo. El periodista Francisco Carantoña, que también tiene la suya, siempre decía que a las calles habría que denominarlas genéricamente, como la calle de la Merced o de la Caridad y no ponerles nombres de políticos de moda, porque luego el Consistorio cambia de color, y la calle de nombre. La calle de Enrique Cangas, mi antigua calle, se llama ahora de Begoña. Este tipo de recordatorios más personales, con su nombre, es mucho mejor para que los ciudadanos puedan recordarlos en el futuro. Creo que no exagero si digo que en ambos casos, dentro cada uno de ellos de su especialidad, han sido un Referente, o sea un ejemplo de los que esta sociedad de la opulencia y el bienestar está tan necesitada. Por otro lado soy de los que mantengo que eso no es muy buena noticia, ya que una sociedad sana, no debería necesitar de mitos ni héroes que nos indiquen con su ejemplo cual es el buen camino a seguir. Lo ideal sería que en dicha sociedad todos tuvieran su sitio, aportando a la comunidad lo que cada uno mejor sabe y tiene.