Yá echábemos de menos el comentariu que, dacuando, nos unvía l’especialista deportivu Antonio G. Oliva. Pa los sos munchos siguidores, equí tenemos ésti que lleva por títulu:
LAS CHICAS DE ORO
Por Antonio G. Oliva
Si hay un rasgo característico del pasado siglo XX sería la emancipación de la mujer en las sociedades occidentales. La igualdad con el hombre en todos los campos, inclusive en los del saber. Y si quisiéramos anotar otro rasgo también característico habría que hablar del auge del deporte. Un auge que va a coincidir con el desarrollo de los países, y así EE.UU, Francia, Gran Bretaña o Alemania, contaron con un deporte muy desarrollado, pujante, popular. Y ello en las dos vertientes que componen el deporte, el participativo o popular, y el profesional, más ligado a lo que es el espectáculo deportivo.
En España, no nos hemos quedado atrás, después de unos años de reorganización un poco en la oscuridad, pero ya al final se han recogido los frutos con una verdadera explosión, un poco inesperada, sobre todo en lo que se refiere al deporte espectáculo: Mundial de Fútbol, Baloncesto, Balonmano y Hockey sobre patines y una pléyade de figuras masculinas de oro. Los ya multinombrados Fernando Alonso, hermanos Gasol, Contador, Marc Márquez, Marc Coma o el genial Rafa Nadal. Todos ellos se han mantenido durante años al frente de sus especialidades, cosa que a veces no se valora tanto como se debiera.
Ahora que algunos de estos líderes masculinos empiezan un lento declive, son precisamente las chicas las que vienen a tomar el relevo, y de una forma extraordinaria. Así, en los deportes colectivos, alcanzaron campeonatos y medallas en Baloncesto, Balonmano, Hockey patines, Waterpolo e incluso en algo que siempre parecía reservado a los hombres, como es el Fútbol. Y junto a ello, un grupo grande de lideresas de la categoría de Mireia Belmonte (6 oros y tres records del mundo en piscina corta), Ruth Beitia, las chicas de natación sincronizada, etc. Y una mención especial, por lo que representa, a una sorprendente Carolina Marín, en el superminoritario Badmington que conquistó el oro derrotando a todas las asiáticas, que siempre habían sido las mejores en la especialidad.
Todo ello deviene de un trabajo callado, a veces ingrato, que se ha venido haciendo en años pasados, y de un cambio de mentalidad en la propia sociedad. Antes los padres se preocupaban de que sus hijos estudiaran una carrera para poder labrarse un porvenir. Lo demás sobraba: chicos, música, deporte… Ahora se están dando cuenta de que, con el panorama laboral que tenemos en España, mejor resulta fomentar la vocación deportiva de sus retoños por si, en el futuro, fallan las matemáticas. A lo mejor una buena carrera deportiva es la mejor solución de futuro. Siempre es bueno tener, por lo menos, dos opciones.