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El milagru del «Pitu»

El milagru del «Pitu»

Torna, depués de munchu tiempu, el preparador y analista deportivu Antonio G. Oliva a collaborar nesti blogue con una de les sos interesantes entraes al rodiu del mundu del deporte. ¡Qué vos preste!

El milagro del «Pitu»

                                                                por A.G. Oliva

Abelardo y el SportingCoincido con la mayoría de los medios asturianos de que la permanencia del Sporting en la Primera División del fútbol español fue casi un milagro, por todas las dificultades que tuvieron que pasar. La ausencia de fichajes, la grave lesión del central Bernardo, no pocos arbitrajes como el de Granada, el del Nou Camp o algunos otros que resultaron impresentables, etc. Pero los guajes de Abelardo ya estaban acostumbrados por lo sucedido en la temporada anterior, la del ascenso impensable con un equipo formado para no bajar a Segunda B y perdiendo sólo dos partidos en toda la temporada, sumado a la grave situación económica. Al punto que se llegó a adeudar hasta cinco mensualidades a unos profesionales que viven exclusivamente de eso.

Pero con todo esto, que se trata de dos éxitos casi milagrosos, lo que yo destacaría como mayor acierto del entrenador, el «Pitu» Abelardo, es algo de lo que quizás no se habla demasiado: la implicación de toda la plantilla en el proyecto y sus objetivos, teniendo en cuenta, sobre todo, que gran parte de ella no iba a continuar en el equipo. Veamos: Bernardo acaba contrato y tiene buenas ofertas para irse del club. Luis Hernández, otro tanto, ya comprometido con el Leicester inglés. Jony ya ha fichado por el Málaga. Los cedidos por un año, Mascarell, Halilovic y Sanabria retornan a sus equipos de procedencia. Barrera, Guerrero y, en menor medida, Alex Menéndez no cuentan para el técnico. Total, que un tercio de la plantilla que primero ascendió y luego se mantuvo en unas condiciones verdaderamente difíciles no va a continuar y, sin embargo, el compromiso con el equipo y con el entrenador fue total, dándolo todo en cada partido y «metiendo el pie» con riesgo de una posible lesión, que frustraría su futuro profesional en otro equipo. Y ahí es donde se ve la «otra» misión del entrenador, la del saber motivar e implicar a sus jugadores hasta el final. Por ello, el «Pitu» se ha convertido en un ídolo para la afición, poniéndose a la altura de Manolo Preciado en los agradecimientos de esta ciudad. Y hay que tener en cuenta, además, que si no se hubieran logrado en estos dos últimos años, primero el ascenso y luego la permanencia, es muy posible que el club estuviera en riesgo de desaparición por culpa de los ineptos directivos. Así pues, ¡gracias, «Pitu»! y  a ver si hay suerte con los nuevos fichajes que falta va a hacer.