LAS NUEVAS REGLAS
Por Antonio García Oliva
La palabra deporte puede tener varios significados y puede ser varias cosas diferentes. No es lo mismo deporte de base, que deporte para adultos, que deporte espectáculo.Todas tratan de cosas distintas, aunque todas sean deporte. Al deporte lo definió muy bien el teórico deportivo Carl Diem que decía que: “es un juego portador de grandes valores y seriedad, practicado con entrega y sometido a unas Reglas, integrador y ambicioso por conseguir unos mejores resultados”. O sea, que para serlo tiene que estar convenientemente regulado por unas normas o leyes que lo ayudan a desarrollarse. Esas reglas o normas se van perfeccionamiento con la práctica y el tiempo.
¿Se acuerdan del futbol de los años sesenta y setenta? Pues por esas fechas se acababa de celebrar la final de un Mundial que había sido ganada por un equipo, gracias a las lesiones de su rival, que finalizó el partido con sólo nueve jugadores. Un periodista le hacia ver al Presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, que había otros deportes, como el Baloncesto, en los que nunca ocurriría esa injusticia, porque existían los cambios de jugadores. El Presidente, impertérrito, le contestó: “Otros deportes no tienen el Reglamento perfecto que tenemos en el futbol.” Por suerte para el público y para los equipos, el desafortunado dirigente estaba equivocado y otros que vinieron detrás lo pusieron al día. Anteriormente sólo se podían incluir en el Acta a doce jugadores, los once titulares, y un portero reserva que sólo se ponía bajo los palos en caso de lesión del titular. Así, cuando, por ejemplo, un lateral se producía una lesión no grave, se le situaba de delantero centro, donde no tenía que moverse mucho, para ver si lograba empujar algún rechace dentro de la portería. Algunas veces lo conseguía, y era conocido como “el gol del cojo. También estaban permitidos los pases al portero propio desde cualquier parte del campo, cosa que se hacia con reiteración cuando el equipo estaba ganando a falta de poco tiempo para terminar.
Y quién no recuerda aquel fútbol duro y violento cuando no existían las tarjetas Amarillas o Rojas. Las expulsiones eran escasas y siempre por faltas muy graves.Todo ello se ha acabado gracias a la lenta evolución de los reglamentos y a las aplicaciones tecnológicas, como los micros inalámbricos o las repeticiones de las jugadas dudosas en video. No necesito dar ejemplos, todo el mundo los conoce, pero si voy a recordar someramente algunas de las reglas que cambiaron el deporte espectáculo. La “muerte súbita”, que acorta el final de algunos sets de tenis y evita partidos maratonianos de 8 a 10 horas de duración. La zona de 3 puntos en el baloncesto, que hace mas emocionantes e impredecibles los finales de los partidos. La forma de anotación en el Voleibol, ya que antes sólo eran válidos los tantos anotados con servicio propio, y ahora se cuentan también los tantos fallados por el rival. Antes jamás se sabia cuánto podía durar un partido al mejor de tres sets. En mi deporte, el balonmano, también ha habido novedades en su reglamentación. Ahora por lo menos tenemos “tiempos muertos” para dirigirnos a nuestros jugadores, cosa que antes no existía, pero los cambios van muy lentos, no sé si porque casi todos los máximos dirigentes son suecos y alemanes.
Acabo de presenciar el campeonato de Europa, en Serbia, en el que nuestra selección comenzó muy fuerte, derrotando a la poderosa Francia, para acabar perdiendo la medalla de Bronce ante Croacia y con ella un discreto 4º puesto. Aprobados. Pero eso no era lo que se esperaba de ese grupo, todavía en renovación. Y allí pudimos apreciar con claridad cuál son, en la actualidad, las tres razones técnicas que impiden que el balonmano sea aún mas espectacular de lo que ya es. La primera, el trato que se permite dar a los pivotes, que es intolerable e inhumano, en el que se le puede hacer de todo, con tal que no coja el balón. La segunda, las faltas en ataque que han pasado del cero al infinito. Antes ni existían y ahora se pitan continuamente. La mayoría de las veces de forma equivocada, ya que suelen ser provocadas por un defensor habilidoso, que simula como un gran actor, tirándose hacia atrás. Hay que empezar a amonestar y excluir al defensor que lo reitere. Y la tercera y mas importante, el “juego pasivo”, en el que hay una disparidad de criterios total. Cada pareja arbitral lo interpreta de forma diferente. Aquí en España hay poca paciencia y se pita cuando lo pide reiteradamente el publico, a veces a los 15 segundos o menos. Hemos visto en este Europeo que equipos como Dinamarca, al final el Campeón, tenían Patente de Corso, con ataques de 3 a 4 minutos de duración. Hay, pues, que regular una norma nueva que lo defina y sepa todo el mundo el tiempo que se puede estar jugando el balón, sin prisas, ni presiones ambientales. Por ejemplo, el tiempo de Posesión del Balón como en el baloncesto, pero algo mas largo. ¿Que tal si lo dejáramos en 45 s. para empezar? En Rusia, hace años, se hizo un prueba de esta Regla y con evidente éxito. ¿Qué todo cambiará entonces? Claro, de eso se trata. O no estamos viendo que llevamos un lustro estancados y se nos está marchando el público, y los chavales, a otros deportes. ¿Por qué no lo intentamos? No tenemos nada que perder.